La alegría, suele ser una de las
emociones favoritas de pequeños y mayores pero muchas veces, no sabemos que la
alegría no solo depende de lo que pase fuera de nosotros: que tengamos ese
juego que tanto deseamos, que nos den muchos “likes” en las redes sociales, que
nos vayamos de vacaciones a un sitio chulo o a una fiesta, sino que la alegría
auténtica nos permite fluir con la vida como nos cuenta Arancha Merino, no
tener miedo a los cambios, aprender con ellos y disfrutar cada minuto. Es una
emoción que nace de nuestro interior. Nos hace sentir en paz, serenos,
tranquilos, plenos. Cuando hay exceso de alegría como nos dice Pax Dettoni nos
podemos convertir en imprudentes o inconscientes e incluso podemos llegar a ser
personas interesadas que se aprovechan de los demás.