Para hablar por radio hay que usar palabras sencillas, que se entiendan a la primera, sin necesidad de agarrar un diccionario (¡porque no hay cómo llamar al locutor y decirle que repita!).
Cuando estamos ante una pantalla o detrás de un micrófono, no hablamos para una élite o un grupo de expertos, ni siquiera para los colegas periodistas. Nuestra audiencia es la gente común y corriente, el pueblo.
Ahora bien, ¿cómo saber si una palabra es sencilla? Muy fácil. Clasifiquemos las palabras en tres clases:
– Lenguaje activo: Son las palabras que la gente usa en su vida diaria. Por ejemplo, me duele la tripa.