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Lenguaje pasivo: Son
las palabras que la gente no usa, pero sí entiende. Por ejemplo, tengo un
malestar estomacal.

– Lenguaje dominante:
Son las palabras que la gente ni usa ni entiende. Por ejemplo, se me han
presentado complicaciones gástricas.

¿Qué lenguaje es mejor
para la radio? Sin duda, el activo. El que se habla en el mercado, en la
cocina, en el autobús. En las radiorevistas y otros programas de animación, los
locutores y locutoras utilizarán este lenguaje si quieren sintonizar con su
público.

El lenguaje pasivo
también lo podemos utilizar. Hay formatos (sobre todo, los noticieros) donde
trabajamos con palabras más formales, menos cotidianas. Pero siempre es
indispensable que puedan ser comprendidos por la audiencia.

En ese lenguaje pasivo
tenemos un tesoro de palabras que se entienden, aunque no se utiliza demasiado,
pero que irán enriqueciendo el vocabulario de nuestros oyentes. Conocer más
palabras es poder identificar más ideas.

¿Y el lenguaje
dominante, el que ni se usa ni se entiende? Ese lo dejamos fuera. Que lo
empleen los pedantes que piensan que por hablar más raro son más cultos. Esas
palabras extrañas solo sirven para humillar, para sugerir que el pueblo es
bruto y nosotros somos los listos.

Ya sabemos que cualquier clasificación de palabras
depende de los diferentes contextos en cada país, de los niveles de
instrucción, de las formas de expresarse. Cambian los ejemplos, pero el
criterio se mantiene: que la radio hable cómo habla su gente.

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