IES DON PEDRO GARCÍA AGUILERA
MORATALLA (MURCIA)
1º BACHILLER DE SOCIALES
CATEGORÍA 4
DECRIPCIÓN DEL PODCAST
Introducción-Ana María
Buenos
días este podcast está realizado por Carmen María Sáez Navarro, Ana Vélez Vera y Ana María Serrano Rubio, hoy vamos a profundizar en la vida amorosa de Garcilaso de La Vega, que consta de
tres amores: Magdalena de Guzmán, Guiomar
Carrillo y Beatríz de Sá. Antes de empezar el relato de estas tres historias amorosas,
debemos situarnos en la época
y el autor.
Estos tres amores se sitúan en el S.XVI. Garcilaso
de la Vega ( 1501-1536) fue uno de los poetas más destacados y
emblemáticos de la literatura española del
Renacimiento. Como capitán militar y poeta, encarnó el
ideal del caballero cortesano renacentista.
Magdalena
Su primer amor, del cual no se sabe mucho, se sitúa en su
adolescencia, en el castillo de
Batres, donde nuestro poeta se crió con ella, Magdalena de Guzmán, su prima,
monja e hija ilegítima de su tía María de Ribera. La cual está representada en sus
poemas por la Pastora Camila, Égloga II. Esta, fue
empezada hacia 1533, es la composición más extensa de Garcilaso, la más ambiciosa
y compleja. Podemos
citar estos versos de la famosa Égloga II:
Desde mis tiernos y primeros años
a aquella parte m´enclinó mi estrella […].
Tú conosciste bien una doncella de mi sangre y agüelos decendida más que la misma hermosura bella; en su verde niñez siendo ofrecida
por montes y por selvas a Dïana […].
Cualquiera caza a entrambos agradaba […].
En este verso podemos observar como Garcilaso hace
referencia a su prima al mencionar
“doncella de mi sangre” y como le da importancia a la caza ya que era una actividad muy realizada en el
castillo donde vivieron ambos.
Guiomar Carrillo-Carmen María
A continuación pasamos a su segundo amor, este se
desarrolla hacia su vecina, una mujer
comunera toledana, se llamaba Guiomar Carrillo, en esa época esta tenía 15 años y Garcilaso alrededor de 20,tuvieron
un hijo en 1521 al que llamaron Lorenzo Suárez
de Figueroa no pudieron contraer matrimonio porque la familia de la joven era comunera(personas que
rechazaban el Imperio y reivindicaban para el reino una participación directa en los asuntos políticos) el Emperador mismo se opuso, casándolo a cambio con una dama de la corte en 1525, Elena, a la
que no amó nunca y de cuya desdicha
dejó testimonio en varios poemas. Por Guiomar escribió:
«Yo no nací sino para quereros» y, pensando en su esposa,
algo muy distinto:
«amor, un hábito vestí, / el cual de vuestro paño fue
cortado; / al vestir ancho fue, mas
apretado / y estrecho cuando estuvo sobre mí». Guiomar Carillo se representa como Galatea en la Égloga I, esta le es
desleal y se presencia ese sentimiento de traición
en estos versos:
Tu dulce
habla ¿en cúya oreja suena? Tus claros
ojos ¿a quién los volviste?
¿Por quién tan sin respeto me trocaste?
Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste?
¿Cuál es el
cuello que como en cadena de tus
hermosos brazos añudaste?
No hay
corazón que baste, aunque fuese de
piedra, viendo mi amada hiedra de
mí arrancada. […]
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.
Beatriz de Sá-Ana V
Por último, mencionamos a Betriz de Sá, quien fue
la segunda esposa de Pedro Laso y
su cuñada, mejor conocida como la Elisa de los versos escritos por Garcilaso, que aparece en la Égloga I y
III<
La Égloga I es la creación más significativa porque
combina perfectamente la pasión amorosa
y la perfección moral. En ella el
poeta proyecta su propia experiencia amorosa
en dos pastores: Salicio, que manifiesta el despecho de su amada (Galatea), y Nemoroso, que expresa el
dolor por la muerte de Elisa, su amada.
Y en la Eglóga III: cuatro ninfas
bordan escenas que representan historias de amor; las tres primeras tejen historias
mitológicas y la cuarta la historia de ninfa Elisa y el pastor Nemoroso.
Ahora procedemos a poner una parte de la égloga III ya
que consideramos que en esta se puede ver como Garcilaso sentía un amor platónico hacía
Beatriz de Sá, un amor basado en la fantasía, idealización y donde este se entiende como un devoto que rinde culto a su amada quien
aparece idealizada y es símbolo de todas las perfecciones de la naturaleza , pero resultaba ser
imposible, inalcanzable y doloroso
para él:
«Elisa soy, en cuyo nombre
suena y se lamenta el monte
cavernoso, testigo del dolor y grave
pena
en que por
mí se aflige Nemoroso,
y llama «¡Elisa!»;
«¡Elisa!» a boca llena responde
el Tajo, y lleva presuroso al mar de
Lusitania el nombre mío, donde será
escuchado, yo lo fío“.
Y con esto damos por acabado el podcast sobre Garcilaso y sus tres amores, gracias por escucharnos.
