Instituto de Educación Secundaria: IES Camilo José Cela.
hayáis escuchado en las noticias o redes sociales acerca de algún caso de
“adolescente pierde la cabeza tras jugar a x videojuego de guerra y realiza el
siguiente delito”, acompañado de un artículo de opinión donde se mancha la imagen
del mundo virtual. Todas esas noticias, todos esos comentarios en los medios de
comunicación dejan a los videojuegos como una mala influencia. Algo que te hace
perder el control sobre ti mismo y que te absorbe hasta distraerte de la
realidad. Y no puedo negar que en algunos casos puede pasar. Hay mucha gente de
todas las edades que dejan de lado otras actividades para pasarse el día
jugando en su habitación… pero ¿por qué no vemos el lado positivo de las cosas?
Porque el mundo de los videojuegos tiene muchas cosas positivas, entre ellas
una que a mí principalmente me llama la atención: el aprendizaje y la
educación. Porque tal y como estáis
escuchando: con los videojuegos se aprende, y mucho.
Como soy consciente de
que mucha gente no me cree cuando le comento esto, voy a hacer comparaciones
con el sistema educativo actual. Por ejemplo, empecemos con la asignatura
Historia. Esa asignatura que todo el mundo odia por lo extensa que es y la de
teoría que contiene. ¿Os podéis creer que he aprendido más sobre la revolución
francesa con el “Assasin’s Creed” que con las clases? O ¿Qué me decís del “God
Of War”? Ese juego de mitología con peleas intensas y niveles en los que te
tienes que comer la cabeza para pasártelos. La de gente que se ha aprendido la
historia de los dioses griegos gracias a ello… muchas veces manejar al
personaje histórico, metiéndote en la historia y realizando tú las acciones
ayuda más que sentarte en frente del libro a memorizar las fechas y los
nombres.
Otro ejemplo: “Minecraft”.
Pff, un juego de cubos con pésimos gráficos y al que juegan los niños. Todos
conocemos el juego ¿verdad? Pues ¿sabéis que yo aprendí de pequeña que el
cristal estaba hecho con arena gracias a tener que hacerlo virtualmente?
También puede que resulte divertido escucharlo, pero es un juego que a nivel
tecnológico y estructural tiene mucha influencia. Puedes construir bloque por
bloque cualquier tipo de edificación desarrollando tu creatividad. ¡Por Dios,
mi primo de 6 años me estuvo enseñando su propio sistema de ganadería, de
transporte y todas las casas que había hecho para crear una ciudad!
Y lo más importante de
todo es que los videojuegos nos enseñan a pensar, que es lo que definitivamente
no nos enseñan en las escuelas. A poder
resolver un enigma con nuestros conocimientos, pensar en las alternativas y
posibles soluciones, ponerlas sobre la mesa y escoger una. Y si no ha
funcionado, le damos al botón de “volver a intentar” y probamos otra vez.
Un ejemplo de esto son
los juegos de lógica como el “Profesor Layton”, un juego de Nintendo, o el “Little
Nightmares”, una especie de juego de terror con puzles. Pero hay cientos de
juegos del estilo con un enigma donde te toca comerte la cabeza y darle al
cerebro.
qué son todos estos videojuegos que he mencionado, vamos a irnos a uno que
absolutamente todo el mundo conoce: “Mario Bros”, o “Super Mario” o como lo
queráis llamar. Un fontanero que rescata a una princesa aparentemente no enseña
mucho. Pero fijaos en el sistema: Empiezas a jugar sin manual de instrucciones,
sin teoría. No sabes lo que tienes que hacer, solo avanzas con el muñeco y vas
experimentando. Cuando tocas a un bicho y ves que te mueres, vuelves a empezar
y esta vez no tocas a los bichos. Cuando ves que saltando encima de ellos los
eliminas, comienzas a hacerlo. Y si a la primera no lo consigues, no te
preocupes que puedes intentarlo todas las veces que quieras rectificando de tus
errores y aprendiendo. Que es como siempre se debería hacer. Porque los
videojuegos nos ponen desafíos, como en la vida real. Y te dan la información
necesaria en el momento necesario.
Sin embargo, a pesar de
todo lo que acabo de mencionar, no veo ningún artículo en la prensa hablando de
este lado bueno. De cómo los jóvenes desarrollan su concentración, atención,
creatividad o comprensión gracias a los simuladores virtuales. Y quiero
visualizar precisamente eso, que a lo mejor en una hora que yo paso delante de
la pantalla jugando a cualquier cosa aprendo más que en una hora de clase
sentada copiando lo que pone en la pizarra. No veamos los videojuegos como algo
negativo, veámoslo mejor como una forma de aprender mientras nos divertimos.
Gracias por escuchar y espero que os haya gustado.
