Dos semanas investigando el río Tinto

Se trata de un proyecto multidisciplinar donde, en dos semanas, el río Tinto se ha convertido en una situación de aprendizaje, siendo un espacio controversial, para que los alumnos investigaran lo que querían saber acerca del río y su entorno. 

Han trabajado contenidos de Física y Química, contenidos de Biología y Geología y contenidos de Geografía e Historia, indagando, modelizando y desarrollando pensamiento computacional para programar sus instrumentos de medida de parámetros fisicoquímicos. 

Pero sin duda, lo más importante, es que se han divertido realizando el proyecto y ¡se lo han pasado genial organizando y realizando el podcast!

Texto del audio:

Cuentan que las grandes historias
sólo aparecen en el cine o en los libros. Que las aulas son sólo espacios
herméticos donde se aprende sólo el contenido de la asignatura de turno y que
no se nos puede dejar en nuestras manos qué queremos aprender.

Nosotros, los alumnos de 4º de
ESO del colegio María Auxiliadora de Valverde del Camino, en Huelva, queremos
contarles una gran historia que duró dos semanas. Nuestro relato habla de cómo
en dos semanas logramos aproximarnos al planeta Marte como muy pocos lo han
logrado antes. Cómo en dos semanas logramos observar a través de una ventana al
pasado lo que empezó hace 350 millones de años. Cómo, en dos semanas, en el
siglo 19 para conocer a la sociedad y a los inicios de la revolución industrial
en nuestra zona. Y cómo, en dos semanas, aprendimos a construir y programar nuestras propias
herramientas para medir los aspectos fisicoquímicos del río más insólito de
nuestro planeta: el río Tinto, el río de aguas rojas.

Todo comenzó con una gran
pregunta. Cuando el profesor nos mostró imágenes del río nos preguntó qué
queríamos investigar acerca del él. ¿Por qué es rojo? ¿Nace así? ¿Por qué no crece vegetación en sus
márgenes? ¿Cambian sus características a lo largo del cauce? ¿Hay vida en él? 

Para conocer si nace así, hicimos
un recorrido aéreo por Google Maps. Y parecía que sí, sus aguas ya son de
colores rojizos en su nacimiento. 

Pero ¿Por qué es rojo? Cuando
miramos el mapa vimos la gran
cuenca minera de RíoTinto, un paisaje abrumador de kilómetros de terreno minero.
¿Y qué tiñe sus aguas?  Necesitábamos investigar el biotopo y la geología. Nos
impresionó conocer que en nuestra zona hubo volcanes hace unos 350 millones de
años que originaron sulfuros masivos en los que abunda la pirita y la
calcopirita, fuentes de hierro, cobre y azufre. Estos minerales al estar en
contacto con el oxígeno atmosférico o el oxígeno del agua reaccionan originando
hierro férrico, hierro ferroso, sulfatos y acidez.

Esto nos haría comprender que
Huelva posee una de las mayores concentraciones de sulfuros masivos del mundo, y que esa acidez
generada por la exposición de la pirita estaría condicionando a la vida y al
ecosistema en el río y su entorno… pero ¿ha sido siempre así el río o fue
debido a la actividad minera? y algo para nosotros más importante… ¿qué es eso
de la acidez y el pH? 

En 1873 la compañía británica The Rio Tinto Company Limited
compró los derechos de explotación pasando a extraerse millones de toneladas y
realizándose las minas a cielo abierto más grandes de Europa.
Fue un gran impulso económico y tecnológico para nuestra provincia pues
construyeron las líneas de ferrocarriles más modernas del país, hospitales
punteros y se empezó a practicar por primera vez en nuestro país deportes como
el tenis o el fútbol.

Del mismo modo, como toda gran
compañía capitalista, su afán era generar dinero y ampliar el margen de
beneficios. La sociedad era muy clasista y controlaban la vida de los trabajadores. No les era permitido
entrar en los barrios ingleses y el papel de la mujer en la época estaba
relegado a labores en la casa y de crianza e incluso al cuidado de los hijos de
los británicos. 

¿Entonces fue la minería el
origen de que el río tenga estas características? Y lo que todavía sigue siendo
muy importante: ¿alguien nos va a explicar ya qué es la acidez y qué es el pH?

Lejos de respondernos, el
profesor nos preguntó qué parámetros fisicoquímicos son necesarios para el
conocimiento de un río. Fue aquí cuando definimos además del pH, la
conductividad, la turbidez, el oxígeno disuelto y el caudal. Se nos planteó la
oportunidad de aprender a construir y programar nuestras herramientas de
medición (unos miniordenadores que
programamos fácilmente a través de bloques). 
Con nuestros sensores de medición listos, tuvimos la oportunidad de visitar el nacimiento del río Tinto.  Fue allí donde pudimos ver algo totalmente inesperado: el río no nace rojo.

En su nacimiento el río recibe
aguas de dos afluentes: el primero proviene de las escombreras mineras de Cerro
Colorado, con un pH cercano a 2. Las aguas son de color rojo intenso. El
segundo afluente tiene un pH en torno a 5 y sus aguas eran de colores más claros, ¿y qué color tiene el río en su nacimiento? De forma
natural es prácticamente amarillo con un pH muy por encima de 3. Parece ser que
lo que caracteriza al río es la minería. Al mezclarse con sus afluentes el pH
seguía por debajo de 3. ¿Por qué no varía el pH?

Tomamos muestras y al volver a
clase diseñamos y construimos un modelo de lo que acontece en el nacimiento del
río. Aprendimos que el pH es una escala logarítmica y que hacen falta grandes
volúmenes de agua menos ácida para cambiar la concentración [H3O+]. El río no
recibe en su curso suficiente agua de pH más alto como para que varíe este
factor.

¿Hay vida en él? Cuando nos
interesamos en caracterizar la biocenosis del ecosistema del río Tinto nos
dimos cuenta de que no fuimos los primeros investigadores en querer hacerlo:
¿Por qué la mismísima NASA estaba interesada en estudiar el río Tinto? Al
investigar supimos que, a pesar de las extremas condiciones para que se
desarrolle la vida, existen microorganismos que son capaces de sobrevivir en
este entorno. Se trataban de bacterias capaces de comer hierro y que son
capaces de oxidar la pirita y hacer sus aguas ácidas y ricas en metales. Esto
dio pie a la NASA a cuestionarse si al ser ambientes geoquímicamente similares,
podría existir este tipo de vida en planetas como Marte. Además, descubrimos la
existencia de la Erica Andevalensis, una planta endémica de la zona capaz de
crecer en suelos de pH ácido y de absorber metales.

Así, en dos semanas vivimos una
gran historia que hicimos nuestra, disfrutamos dos semanas que se nos hicieron
muy cortas, pero sin duda, serán dos semanas que jamás olvidaremos, tanto, como
el concepto de pH.