- Colegio: Ave María Casa Madre.
- Localidad: Granada.
- Comunidad Autónoma: Andalucía.
- CATEGORIA 4: 1º bachillerato.
SINOPSIS:
¿Cómo un simple hombre, con una burra y ganas de enseñar, pudo cambiar las vidas de innumerables niños y niñas? ¿Cómo un simple hombre ha podido influir en el pensamiento de tantos maestros y maestras, profesores y profesoras?¿Cómo es posible crear de la nada una inmensa, buena y generosa familia? Esta es la historia de Don Andrés Manjón y Manjón, aquel simple hombre que con su esfuerzo y dedicación creó un hogar para todas aquellas personas dispuestas a aprender libre y bondadosamente, con la fundación de su primera escuela en el
pintoresco barrio del Sacromonte de la ciudad de Granada, en 1889. Y de un estilo propio, la pedagogía manjoniana, que se basa en la enseñanza al aire libre, de manera lúdica e interactiva.
CRÉDITOS:
Este podcast ha sido realizado en el marco de la celebración del centenario de la muerte de Andrés Manjón y Manjón (1923-2023), fundador de las Escuelas del Ave María de Granada. Se ha llevado a cabo como parte del proyecto de la materia Atención Educativa de 1º Bachillerato, impartida por la profesora Margarita García Barranco.
El podcast ha sido grabado y producido por las alumnas Paula González Pérez, Elsa Relinque Pereira, María Muñoz Vidal, Claudia García Álvarez y Lucía Quesada Linares, un grupo de alumnas de 1º de bachillerato.
En la realización del podcast también han participado Eloy Morales Morales (profesor de religión), José Luis Bolívar Moreno (profesor de lengua), Juanjo Gómez Barroso (profesor de TIC), así como alumnado de infantil y primaria.
La melodía de guitarra ha sido compuesta y grabada por la alumna de 1º Bachillerato Lucía Bolívar.
GUION:
INTRODUCCIÓN: Desde el colegio Ave María Casa Madre, os presentamos un proyecto por el centenario de la muerte de Don Andrés Manjón, en el que os narramos la vida y la historia de nuestro fundador. Esperamos que lo disfrutéis tanto como nosotras lo hemos hecho realizándolo.
[MÚSICA]
NIÑA: Un día como hoy, hace 20 años, allá por 1889, mis vecinos y yo estábamos cantando el abecedario junto a la maestra Migas en su cueva, una mujer que nos enseñaba lo poco que sabía, en el granadino barrio del Sacromonte. Recuerdo que durante una de esas canciones apareció un hombre esbelto, vestido de negro, con un sombrero y acompañado de una burra. Nunca
imaginamos que aquel hombre sería tan importante en nuestras vidas.
NIÑA: Nos dimos cuenta de que su vocación era realmente la enseñanza y, por tanto, su sueño era fundar una escuela. Años después así lo hizo y se inició la fundación de las escuelas del Ave María, en 1889. Poco a poco fue comprando cármenes en el barrio del Sacromonte, un total de ocho.
Casi diez años después terminó de crear lo que sería nuestro segundo hogar, el Ave María Casa
Madre.
NARRADORA: Nos remontamos al 30 de noviembre de 1846, cuando nació Andrés Manjón y Manjón en Sargentes de la Lora, una pequeña aldea pobre de la provincia de Burgos.
NARRADORA: Don Andrés recordaba especialmente a dos de sus profesores: Francisco Campos y Liborio Ruiz. Ninguno de los dos se dedicaba realmente a la enseñanza, sino que ejercían otras labores y oficios en el pueblo. Su falta de vocación se reflejada en el trato que los niños recibían.
[MURMULLOS Y RISAS]
MAESTRO: ¡Cállense! Están haciendo mucho ruido y necesito estar tranquilo.
NIÑO: Perdónenos maestro, no volveremos a hacerlo.
MAESTRO: ¡Les he dicho que se callen!
[SONIDO DE ESCOPETA]
NIÑA: Me acuerdo de aquella frase que decía Don Andrés: “El maestro sabía hacer letras, pero sin ortografía; leer, pero sin gusto; calcular, pero en abstracto, y solo con números enteros hasta dividir por más de una cifra.”
NARRADORA: Don Andrés abandonó los estudios y por ello, su madre, Doña Sebastiana, decidió llevarlo a la basílica del Pilar en Zaragoza, con la intención de que le ayudasen. Todo esto su madre lo decidió, porque él estaba fracasando en los estudios y no asistía a las clases.
NIÑA: Él acabó bachillerato y estudio teología. Más tarde se licenció en derecho y luego hizo un doctorado. En 1879 fue nombrado catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela. Un año más tarde llegó a Granada, donde pasaría el resto de su vida. Allí se presentó para seguir siendo catedrático y fue ordenado sacerdote. Tiempo después, fue nombrado canónigo de la abadía del Sacromonte.
NIÑA: La primera vez que estuvimos allí, nos quedamos asombrados. Teníamos muchos patios en los que aprendíamos jugando. Además, los maestro contaban con un lugar donde aprendían a enseñar de una forma correcta y lúdica. Un claro ejemplo eran los mapas que decoraban los suelos y en los que nos pasábamos horas y horas jugando.
[NIÑOS JUGANDO EN EL PATIO]
DON ANDRÉS: A ver niños, hoy vamos a aprender las provincias de Andalucía. Tenéis que ir saltando al lugar que yo os diga, y el que llegue antes, se ganará un bollo de pan con chocolate.
NIÑOS: ¡Vale!
DON ANDRÉS: ¿Están listos?
NIÑOS: ¡Sí!
DON ANDRÉS: Pues vayan a Sevilla.
[NIÑOS JUGANDO]
DON ANDRÉS: Muy bien Juan, has ganado.
NARRADORA: El nombre de Don Andrés fue sonando poco a poco en toda España, convirtiéndose en una influencia muy importante para la educación. Tanto, que recibió varias visitas ilustres, como la de Miguel de Unamuno o la de Alfonso XIII y su hijo.
NIÑA: Hoy, 10 de julio de 1923, nos encontramos con lágrimas en los ojos, despidiéndonos de Don Andrés en el Paseo de los Tristes; nombre que fue cambiado en su honor al Paseo del Padre Manjón. Le hicimos un paso fúnebre que termina en la capilla del colegio, dónde fue enterrado. En su lápida, vemos las iniciales AM, de Andrés Manjón o del sueño de su vida, el Ave María.
CONCLUSIÓN: Este proyecto ha sido realizado por Paula González, Elsa Relinque, María Muñoz, Claudia García y Lucía Quesada, un grupo de alumnas de 1º de bachillerato. Queremos hacer una mención especial a la colaboración de Eloy Morales (profesor de religión), José Luis Bolívar (profesor de lengua), Lucía Bolívar (alumna de 1º de bachillerato), Juanjo Gómez (profesor de TIC)
y nuestros compañeros de primaria e infantil. Por último, destacar la indispensable ayuda que nos ha dado nuestra profesora, Margarita García, ya que sin ella nada de esto hubiese sido posible.
