Instituto: INS Sant Feliu de Guíxols
Paula (P – adulta): ¡Hola, hola! Bienvenidos a «¿Qué quiero ser de mayor?», el podcast donde nos sentamos a reflexionar sobre la eterna pregunta que todos, absolutamente todos, nos hacen a los 15 años: “¿Y tú qué quieres ser de mayor?” Y, como adulta que ya ha pasado por todo eso, puedo decir que la respuesta más honesta es: «¿Yo? Aún no sé ni qué quiero para la merienda, ¡cómo voy a saber qué quiero hacer de mayor?»
Berta (B): ¡Totalmente! Es como si, a los 15 años, tu vida estuviera ya escrita en un guion, ¿verdad? Te miran con cara de “¿En serio no lo sabes?” Y yo, que estoy más perdida que un pulpo en un garaje, respondo: “Pues… no sé, tal vez… influencer de la siesta, ¿eso cuenta?”.
Julia (J): ¡Jajaja! Claro, porque nos piden que tengamos una respuesta seria, cuando en realidad lo único que queremos saber es si el profesor va a poner un examen sorpresa mañana. ¡Lo que menos nos interesa es qué vamos a ser dentro de 10 años! Paula, ¿tú, como adulta, qué opinas de todo esto?
Paula (P – adulta): Pues mirad, chicas, os voy a contar la verdad con toda mi experiencia tras haber sobrevivido a esa época tan maravillosa de preguntas existenciales. A los 15 años, yo también tenía que dar respuestas como si ya fuera una persona adulta, con una vida organizada y bien planificada. ¡Spoiler alert: no lo era! Y ahora, con unos añitos más, os diría que la mejor respuesta es: “¿Qué quiero ser de mayor? Pues no tengo ni idea, voy fluyendo.
Berta (B): ¡Ahí está la clave! Lo que me hace gracia es que te digan “¡No te precipites, que tienes tiempo!” Pero cuando no tienes respuesta a esa pregunta, ¡Te miran como si hubieras confesado que quieres ser la villana de la película! Como si estar indecisa fuera el fin del mundo.
Julia (J): ¡Exacto! Como si no saber qué hacer con tu vida a los 15 fuera el mayor crimen de la humanidad. Yo lo que quiero hacer es disfrutar, no estar buscando ya la respuesta perfecta para algo que ni siquiera sé si quiero hacer dentro de 5 años. Y Paula, tú que ya has pasado por esto, ¿a qué edad realmente se tiene todo claro? ¿A los 40? ¿A los 50? ¡¿O nunca?!
Paula (P – adulta): ¡Ay, chicas, nunca! Yo a los 30 todavía me pregunto si mi vida va por buen camino. Y, de hecho, si alguien a los 15 me hubiese dicho “¡tranquila, tienes tiempo para descubrirlo!”, lo habría agradecido mucho. Porque todo este estrés por tener que saberlo todo… ¡es una tortura! Al final, lo que importa es no forzar las cosas, disfrutar del camino y, sobre todo, aceptar que lo que querías ser hoy, ¡probablemente no sea lo que quieras mañana!
Berta (B): Claro, lo que pasa es que nos meten tanta prisa con “tienes que decidir YA”, que al final es como si te estuvieran pidiendo que elijas tu carrera con una moneda. “Toma, lánzala al aire y si sale cara, serás médico, y si sale cruz, serás artista. ¡Y que no se te ocurra dudar!”.
Julia (J): ¡Jajaja! Totalmente. Yo a veces pienso que lo mejor que podría hacer con 15 años es ser experta en dormir, porque al menos algo sabría hacer bien. Pero en serio, ¡no tenemos que tenerlo todo resuelto! Y si no sabemos qué queremos ser de mayores, está genial. Nadie nos dice que tenemos que tener la vida perfectamente organizada a esta edad.
Paula (P – adulta): ¡Exactamente! Y recordad, chicas, que cada vez que alguien os pregunte “¿Qué vas a hacer de mayor?”, simplemente decidid: “Pues mira, aún estoy descubriéndolo, pero si me da tiempo, haré lo que me guste sin prisas.” Eso sí, que nadie se olvide de decirlo con una sonrisa, ¡porque hay que disfrutar de la confusión! Lo que importa es lo que hagáis con ese tiempo, no tenerlo todo claro desde el principio.
Berta (B): ¡Sí! Y si no sabes qué vas a hacer, no pasa nada. Si quieres ser astronauta, y al día siguiente decides ser cantante de karaoke profesional, ¡es todo un viaje! Y lo mejor de todo es que aún tienes tiempo para cambiar de rumbo.
Julia (J): Totalmente. ¡Y si alguien te dice “¡Pero es que con 15 años ya tienes que saberlo!”, respondes con una sonrisa: “Claro, claro, como si supiera de qué va la vida. Hoy estoy aquí, y mañana… quién sabe!”
Paula (P – adulta): Y recordad, el futuro no está escrito. A los 15 años no tienes que saber qué vas a hacer con tu vida, pero sí que tienes que saber disfrutar del viaje. ¡Lo importante es vivir el presente y no dejar que el miedo a no tenerlo todo claro te frene!
Berta (B): Así que, a todos los que nos preguntan qué queremos ser, nuestra respuesta es: “Aún no lo sé, pero estoy disfrutando el proceso, y eso también cuenta.”
Julia (J): ¡Nos vemos! Y no olvidéis que, si no lo tenéis todo resuelto, ¡no pasa nada! Es más, ¡es hasta divertido!
Paula (P – adulta): ¡Hasta la próxima! Y que nadie nos haga sentir mal por no tenerlo todo claro. Porque a las 15, lo único que tenemos claro es que, con suerte, llegaremos al fin de semana sin problemas. ¡Y eso es un logro!
[Cierre con música alegre]
