– CARTA DE LENGUA –
DE DULCINEA A DON QUIJOTE:
«El caballero que fue más dulce que su propia Dulcinea»
Don Quijote, Alonso Quijote, ya no sé a qué nombre referirme a ti.
Yo, siempre fui una trabajadora, fuerte, de carácter que siempre se ocupó de sus asuntos sin mirar atrás. Al menos así fue hasta que me pidieron en mi humilde trabajo que me ocupase de cuidar a unos cerdos, de esa forma pasar el resto de mi humilde vida. Entonces, apareciste tú. Yo no te conozco, no sé ni quién eres. Nunca hablamos en la vida, nunca intercambiamos miradas… Y sin embargo, un día el misterioso vecino al que nadie conocía por estar siempre encerrado en su habitación con mil y un libros salió de esta en armadura y aventurándose a lo desconocido. Todo el mundo te vio como loco, yo sin ser la excepción, pero no te diste la vuelta. En parte porque estabas loco, pero no renunciaste a tu sueño. Y además, sin ningún motivo, viste a la trabajadora que trabajaba para tu padre cuidando cerdos, de piel morena y con pecas en la cara, y la convertiste en tu amada. Soy consciente de me distorsionaste en tu locura, pero sin embargo me amaste. Nunca supe nada de ti, es más, te olvidé, pero tu sin embargo me disté devoción. Nunca escuché de ninguna de tus aventuras, pero a mi puerta una vez vino un desconocido que me contó que le pedías a tus enemigos declararme su amor hacia mí. No te conocía, tú no me conocías, pero me mandaste una carta de amor. Nunca te amé, no podía hacerlo, pero a ti no te importaba, me amabas lo suficiente para que lo único que desearas fuera mi bien estar. No estuviste nunca conmigo, nunca me diste la mano, nunca te aprendiste mi verdadero nombre, solo parte de mi apodo, «Dulcinea del Toboso», el cual me parecía irónico aún hoy en día, pues te deberían haber llamado a ti el caballero dulce. Jamás me viste a lo largo de mi vida, y sin embargo siempre estuviste en esta en forma de ángel de la guarda. Ahora ya nada importa, hoy es el día de mi muerte y tú sigues sin estar aquí. No me importa, tú nunca me importaste, y sin embargo te echo de menos, a un completo desconocido. Me pregunto si te dolerá mi muerte, si me llevarás contigo a alguna de tus aventuras absurdas… Nunca dejes de tenerlas, mi dulce caballero.
Hecho por: Susana Estévez Pineda EDAD: 13 años
CURSO: 2ºA, E.S.O. CENTRO EDUCATIVO: Federico García Bernalt, Salamanca
Profesor: Pilar Luengo / Carlos Hernández-Comendador
