¿Solo los humanos aprenden?

 Título:  ¿Sólo los humanos aprenden?

 Centro:
IPEP Huelva. Andalucía

 Categoría
4: 2º de Bachillerato

 Sinopsis: 
Cuenta el recorrido personal de Jorge y como va cambiando su narrativa de vida
a través de la educación desde la mirada ingenua de un amigo fiel.

Guión:  Os voy a contar la historia de Jorge. Otros lo
entenderían de otra manera; a mí me gusta considerarlo como mi amigo. Como mi mejor amigo. Le debo la vida. Me salvó cuando yo tenía cuatro meses… y ahora
tengo trece años. Os podéis imaginar el amor que siento hacia él.

 Sé, de buena tinta, que Jorge es el cuarto de cinco hermanos, de una
familia muy humilde. Cuando Jorge tenía cinco años, la madre lo matriculó en 1º
de Primaria.

Era un buen chico. Nunca se negaba a colaborar en clase y estaba muy
integrado en el grupo. Se podría decir que en primero y segundo de Primaria se
adaptó bien al sistema educativo. De lo que más le he oído hablar es de la
maestra que tuvo en los tres cursos siguientes: doña Pilar, después de la
figura materna, esa profesora fue su gran referente.

 No había terminado el primer trimestre cuando Jorge dejó de lado a
sus viejos compañeros e hizo piña con los repetidores. De haber aprobado los
cursos anteriores con unas notas excelentes, pasó a aprobar sexto con un
suficiente raspado. Vaya cambio, ¿no? 

 En el 82 para no verse desplazado del grupo probó su primero porro,
llevó a cabo alguna que otra trastada callejera y empezó a faltar a clase.
¡Joder, qué rapidito iba! No aprobó el curso, pero ser repetidor era una
cualidad interesante como miembro del grupo. Por lo que se convirtió a los
catorce años en un fumador consumado y un hábil liador de porros. El último de
los cursos de la EGB, octavo (lo que viene a ser segundo de la ESO de hoy en
día) lo aprobó con suficiente y consiguió su título de Graduado Escolar.

 Una vez terminada la EGB, se matriculó en un curso de Formación
Profesional, pero sustituyó la asistencia a clase por la visita a unos
billares, donde Jorge avanzó en la cultura de la calle.

 Una tarde la madre de Jorge le preguntó:

–
¿De dónde vienes, hijo?

–
¿De dónde voy a venir? Pues del instituto.

–
¿Seguro?

–
Que sí, joder.

–
Mira, Jorge, me ha llamado Simona, tu tutora, me ha dicho que llevas más de una
semana sin ir al instituto. Por favor, no me mientas.

–
Está bien mamá, no te mentiré más, la profesora lleva razón. Llevo más de una
semana sin ir y para no volver a engañarte te diré que ya no iré más al
instituto. Lo dejo, lo abandono.

–
Haz lo que quieras, hijo mío, pero te estás equivocando de camino.

 A los quince años abandonó los estudios definitivamente y se
incorporó al gran grupo del barrio: ladrones, porretas, espabilaos, yonkis… A
los 18 años tuvo problemas con la justicia y entró en prisión. Una fatídica
noche Jorge terminaría ingresado en el hospital psiquiátrico.

 Tras su recuperación, Jorge empezó a trabajar como ayudante de
escayolista. En aquel periodo conoció a una chica muy especial para él, Pepi,
que fue su principal apoyo en la recuperación. La vida de Jorge resurgió cuando
se casaron y jamás volvió a tomar drogas o alcohol.

 Después de dejar todas las adicciones, Jorge creará con Pepi una
familia estupenda compuesta por dos hijos, Jorge y Andrés.

 ¡Qué buena época!

Sustituyó sus malos vicios por lectura y deporte. ¡Un buen cambio!

 En el año 2017, a la salida de la biblioteca, había visto un cartel
de la escuela de adultos que invitaba a sacarse la ESPA (Educación Secundaria
Para Adultos) y entró para informarse. Al final se matriculó y ese curso
volvería a sentarse en un pupitre.

 Las primeras clases fueron muy duras, había perdido completamente el
hábito de estudio pero poco a poco, fue mejorando de una manera sorprendente y
volvió a ser aquel alumno trabajador que tenía Doña Pilar.

Y tras mucho esfuerzo…

 –
Jorge, ya tenemos las notas que has obtenido, estamos muy orgullosas de ti.

-Muchas
gracias. ¿Qué puntuación he sacado?

-En
el ámbito científico-tecnológico un notable, en el de comunicación otro notable
y en el ámbito social un sobresaliente. ¡Enhorabuena! Pero no te relajes; hay
que continuar así, ¿vale?

-De
acuerdo, no os preocupéis.

 Finalmente obtuvo el título de secundaria con la nota media más alta
de todos los alumnos de los centros de los alrededores. Las profesoras le
animaron a que siguiera estudiando y se matriculara en bachillerato. Estaba
rebosante de alegría, pero le hubiese gustado mucho que su madre hubiese sabido
que había vuelto al camino correcto.

 ¡¡Ah!! No os he contado como
nos conocimos, fue en el 2007 cuando entró en la perrera que…

 ¡Blacky! ¡Vamos a la calle!

 Os dejo, me toca el paseo. (Ladridos)

Créditos:

            Alumno: Manuel
Botello Rodríguez (voz del narrador)

            Profesora: Ana Rosa
Fernández Contreras (coordinadora del trabajo)

Colaboradores: Israel Sousa (voz de Jorge), Placida
Rodríguez (voz de madre del alumno) y Noemi Goma (voz de profesora).

            Música original de producción propia: Alberto
Cordero Contreras (Maestro de música) Efectos espaciales (ladrido original de                 producción propia)

            Guión origninal de producción propia: Jorge Damota
Labrador (Ex alumno del IPEP)

            Adaptación del
Guión: María Cuadrado García (Profesora de Lengua y Literatura)