La Radio en la Escuela.- Programa 4º.- Concurso RTVE
(reducido, 5 minutos máximo)
*PRESENTACIÓN *Sintonía: canción Cantajuegos 1 “A divertirse”
1.- ¡Hola, amigos! Comienza “La Radio en la Escuela”.
2.- A partir de este momento, los niños y niñas de 4º del Colegio Félix
Rodríguez de la Fuente
3.- vamos a realizar nuestro programa semanal de radio a través de la Megafonía del Colegio.
4.- Los que realizamos hoy el programa somos el Equipo____ que está formado por: ___________, __________, ________, ___________ y __________.
* Sintonía: canción “concierto para dos trompetas y…”
*TALLER DE TEATRO: Vamos a Contar un Cuento
1.- A todos nos han contado, alguna vez un cuento.
2.- ¡Claro que más de uno! Y … seguro…que muchas veces.
3.- Todos conocemos los cuentos Clásicos…¿verdad? Cuando éramos pequeños
nos los contaban, sobre todo, antes de dormir.
4.- Pero…parece, que los cuentos de siempre….¡están empezando a cambiar!
1.- Muchos niños no tienen en su familia un Padre y una Madre, como antes.
2.- Ahora, un Príncipe no puede besar a una Dama sin pedirle, antes, permiso.
3.- Incluso las Madrastras son también, ya, cariñosas y buenas personas.
Parece que… todo ha empezado a cambiar en la vida real, y, por supuesto,
también en los cuentos.
4.- ¡Prestad atención!, a ver si sois capaces de descubrir las diferencias.
….y se lee el texto… ( El Cuento: Caperucita Roja)
*y…, al Final, nuestra DESPEDIDA:
*Sintonía: canción “A divertirse”
1.- ¡Bueno amigos!, esperamos que os haya gustado nuestro programa.
2.- Ya sabéis que con la misma ilusión os esperamos en “La Radio en la Escuela”
3.- los jueves, de 12 a 12,30 de la mañana, a través de la megafonía del Colegio.
4.- ¡Os esperamos! ¡Hasta la semana que viene! … ¡¡¡Adiós!!!
*Sintonía: canción “Que canten los niños”
La Radio en la Escuela.- Programa 4º.- Concurso RTVE
(reducido, 5 minutos máx)
GUIÓN REDUCIDO DEL CUENTO “Caperucita Roja”, del libro CUENTOS CLÁSICOS PARA NIÑAS Y NIÑOS DE HOY, Adaptación de los autores de nuestro pueblo Manuel Calvente Soult y Kike de los Reyes López.
* Sintonía: canción “concierto para dos trompetas y…”
*TALLER DE TEATRO: Vamos a Contar un Cuento
“CAPERUCITA ROJA”
Había una vez una niña a la que llamaban Caperucita Roja porque siempre vestía de rojo. Era muy buena estudiante aunque un poco distraída. Un día su padre le dijo:
– Caperucita, por favor, ¿puedes ir a casa del abuelito a llevarle la comida?
– ¡Claro que sí, papá! -exclamó dispuesta Caperucita.
El padre preparó la comida: una rica sopa de verduras y garbanzos y, de postre, una sabrosa pera.
– ¡Con este rico menú el abuelito se pondrá bueno muy pronto! -pensó Caperucita.
El padre advirtió seriamente a su hija:
– Caperucita, debes ir por el camino de siempre, no tiene pérdida.
– Pero papá, hay un camino más corto ¿por qué no puedo ir por él? -preguntó Caperucita.
– Porque el camino por el que vamos siempre es más seguro -le contestó el padre.
Caperucita sintió con la cabeza no muy convencida. Antes de despedirse preguntó:
– ¿y mamá?
– Hoy está de guardia en el refugio y no volverá hasta por la noche –respondió el padre.
De camino hacia la casa del abuelito, Caperucita iba tan distraída que, cuando llegó al cruce, olvidó el consejo de su padre y optó por seguir el camino más corto.
– Tengo muchas ganas de ver al abuelito; debo llegar lo antes posible –se dijo a sí misma Caperucita.
De repente, de entre los matorrales, salió un astuto y amable lobo. Con voz melosa se puso a hablar con Caperucita y le sonsacó dónde vivía el abuelito. Se despidió amablemente, no sin antes aconsejar a la joven:
– Conozco muy bien este bosque, si giras a la derecha en el siguiente sendero llegarás más rápido –le dijo el astuto lobo para engañar a Caperucita y llegar antes que ella.
– Muchas gracias, seguiré tu consejo.
El lobo aprovechó para correr, alcanzar la casa del abuelito y comérselo de un solo bocado. Cuando todavía estaba relamiéndose escuchó llegar a Caperucita. Con mucho sigilo se puso las gafas y un pijama del abuelo y se metió de un salto en la cama.
– ¡Abuelo! Soy Caperucita ¿puedo pasar? –preguntó educadamente la niña.
– ¡Claro, pasa, nieta mía. Estoy deseando verte –respondió el lobo intentando cambiar su voz.
– ¡Uy, abuelo! Pues sí que tienes tomada la voz. ¿Te duele mucho la garganta, abuelito? –dijo acercándose hasta el dormitorio.
– Mucho, querida Caperucita –contestó el lobo.
– Y …qué ojos más grandes tienes, abuelo –dijo Caperucita al entrar en el dormitorio.
– Así te puedo ver mejor, mi querida nieta –respondió el lobo.
– Y…qué orejotas, abuelo…
– Para escuchar tu dulce voz, nieta mía…
– Abuelo, y qué boca más grande tienes.
– ¡¡Es…para comerte mejor!! –respondió el lobo abalanzándose sobre la pobre Caperucita y tragándosela de un solo bocado.
Después el lobo salió fuera de la casa a echarse una siesta a la sombra de una encina. Sus ronquidos se oyeron a varios kilómetros a la redonda. Tanto, que llegaron hasta el refugio donde trabajaba la mamá de Caperucita como veterinaria. Intrigada por el origen de los ronquidos siguió el ruido a través del bosque. Así, encontró al lobo y a su enorme barriga, de la que salían los gritos de auxilio del abuelo y Caperucita.
En un plis-plas, la mamá de Caperucita le rajó la barrigota y sacó al abuelo y a su hija sanos y salvos. Acto seguido cosió al lobo y lo llevó al refugio donde trabajaba.
– Ahora le curaremos las heridas y lo dejaremos en libertad. El lobo, como animal, tan solo seguía su naturaleza. ¿Lo entiendes Caperucita? –dijo su mamá.
– Sí, mamá –respondió Caperucita.
