(ENTREVISTA)
– ¡Hola, bienvenidos a Radio Marqués! Hoy tenemos con nosotros a Dorotea Burres, famosa experta en mitología griega. Buenos días,
– Buenos días.
– ¿Podrías hablarnos de las bases de la mitología griega?
-Por supuesto. Para empezar, los griegos eran politeístas, es decir, que adoraban a múltiples dioses
como Zeus, rey del Olimpo y dios del rayo; Hades, dios del Inframundo; Artemisa, diosa de la caza…
Estos son tan solo unos pocos, los griegos tenían muchísimos dioses, y cada uno para algo distinto. Es
decir, tenían un dios para el vino, una diosa de la sabiduría, y dioses, en definitiva, para todo lo que
les rodeaba. Además, sus dioses protagonizaban muchas historias que les ayudaban a comprender el
mundo en el que vivían. Con su mitología explicaban la creación del mundo, el porqué del cambio de
las estaciones… Estos dioses vivían supuestamente en el monte Olimpo, el pico más alto de Grecia
– ¿Y cómo adoraban a estos dioses?
-Construían templos para dioses específicos de los cuales colocaban una estatua representándolos dentro. Les llevaban ofrendas, hacían sacrificios animales y practicaban la libación, que consistía en derramar unos líquidos específicos en los templos.
– ¿Había más personajes mitológicos además de los dioses?
-Sí, claro. Había semidioses y héroes tales como Hércules. Además, también había seres más fantásticos como, por ejemplo, los titanes.
– ¿Por qué la mitología griega y la romana se parecen tanto?
-Pues verás, los romanos admiraban enormemente a los griegos, y copiaban cualquier cosa griega que les gustase, ya fuese una estatua o la misma mitología.
-Muchas gracias por responder a nuestras preguntas, María. Ha sido un placer.
-Gracias a vosotros.
-Ahora y después de esta interesante entrevista, queridos oyentes, vamos a escuchar la
representación de una maravillosa historia griega. Ya que se acerca la primavera y estamos hablando de mitología griega, oiremos el mito griego de las estaciones.
(INTERPRETACIÓN)
-Es un precioso día en el Olimpo. Perséfone está paseando alegremente. Mientras tanto, Hades habla
con Zeus.
-Hades: Zeus, hermano, ¿puedo casarme con tu hija Perséfone?
-Zeus: Claro que sí, Hades, te doy mi permiso.
-Perséfone ve una flor y se agacha a recogerla. Entonces, el suelo se agrieta y Hades se la lleva.
-Deméter: ¡Perséfone! ¡Perséfone, ¿dónde estás?! ¡Perséfoneee!
– Después de eso, Deméter, la madre de Perséfone, se transformó en una anciana. Bajó al mundo de los humanos y cuidó del hijo de una familia noble. Sin embargo, su tristeza sumergió el mundo en un invierno permanente. Un día, Zeus le dijo:
-Zeus: Deméter, por favor, para. La gente se muere y no puedo hacer nada. ¿Qué te puedo dar para que todo esto termine?
-Deméter: Devuélveme a mi hija y todo acabará.
-Entonces, Zeus se apresuró a hablar con Hades.
-Zeus: Hades, suelta a Perséfone. La tristeza de Deméter está destrozando los cultivos y matando a inocentes. Suéltala.
-Hades: Mira, Zeus, es que…
-Zeus: SUÉLTALA.
-Después de mucho negociar, Zeus consiguió que Hades cediese y llevase a Perséfone a reencontrarse con su madre, pero no sabía que Hades tenía un plan.
-Hades: (riéndose)
-Zeus: ¿Qué te pasa, hermano?
-Hades: Le he dado a Perséfone una granada del Inframundo. ¡Una vez que la coma, no volverá nunca con vosotros, porque está hechizada!
-Zeus: ¡No puede ser!
-Deméter: ¡Tienes que hacer algo, Zeus!
-Zeus: ¡Ya sé! Repartiré el año de manera que pase medio con cada uno de vosotros.
-Y así fue como se arregló todo. Perséfone pasa medio año con Deméter, tiempo en el que ella es feliz, por lo que las plantas crecen; y pasa la otra mitad con Hades, su marido, y es entonces el invierno, porque Deméter está triste al no estar con su hija.
-Y esto ha sido todo, oyentes. Esperamos que hayáis aprendido un poco más de esta fantástica mitología. Os esperamos en nuestro próximo programa, en el que hablaremos sobre otro tema fascinante. ¡Adiós!
Equipo de E2A del IES Marqués de Santillana
integrado por: Amaya Viñas Gutiérrez, Diego Bárcena Durán, Rodolfo
Velarde Merino, Deva Simó Bruña y Hugo Aparicio Merino
