Podcast realizado íntegramente por Guillermo Giménez y Alberto Fayos
Podcast de Guillermo Giménez y Alberto Fayos
1ºESO, Liceo Francés de Valencia
Sinopsis:
Pamela es testigo de unos misteriosos asesinatos cometidos por una sombra. El detective Hernández será el encargado de intentar desvelar el misterio que se esconde tras esa oscuridad asesina.
Créditos:
Locutor y John: Alberto Fayos
Hernández y periodista de radio: Guillermo Giménez
Pamela y Lucía: Inma Regalado
Guion:
Bienvenidos a Historias para no hacer la siesta. En el relato de hoy, viviremos el extraño suceso de “La niña de las tres sombras”… ¡Prepárense!
(Sonido de lluvia de fondo)
Locutor de radio: Buenas noches desde la radio Nacional, les habla Chicho Ibáñez. La pasada noche a las 8, en el querido barrio de la Fontaneda, el asfalto se tiñó de rojo, y es que se cometió un doble asesinato de unos jóvenes y recientes inmigrantes. La única superviviente cuenta cómo una misteriosa sombra se les acercó, y con un palo les golpeó duramente. Nuestra protagonista, madre de una niña, sobrevivió, pero no pudo recordar la cara del asesino. A continuación, reproducimos lo que pasó después.
(llamada de teléfono)
Moneypenny: Señor Hernández, soy Moneypenny, tengo una viuda desesperada esperando en la sala de espera, ¿la dejo pasar?
Hernández: Sí, déjala pasar señorita Moneypenny.
(Sonido puerta abriéndose)
Pamela: Hola señor Hernández, me llamo Pamela y quería que investigase el asesinato de mis hijos (snif), la policía no está ayudando, ya que acabábamos de llegar al país hace una semana y solo piensan en deportarnos (snif).
No tengo mucho dinero, pero me ayudaría a dormir saber que mis hijos no murieron en vano.
Hernández: No se preocupe señora. No me tiene que pagar nada. Llevo tiempo recibiendo quejas de alguien merodeando por esos barrios. Solo necesito que me digas lo que recuerde.
Pamela: (snif) Era un lunes lluvioso por la noche, las farolas estaban apagadas, mis hijos y yo volvíamos de hacer la compra (snif), yo sentía que alguien nos estaba persiguiendo, intente evitarlo (snif) cuando creía que lo habíamos despistado de repente (pum) oigo gritar a mis dos hijos me giro y estaban los dos en el suelo pidiendo clemencia por su vida, pero no había nadie ahí. De repente, sentí en el cuello un fuerte golpe. A partir de ese momento no recuerdo nada.
Hernández: Mañana a primera hora empezaré a interrogar a la gente. ¿Tiene alguna sospecha sobre quién pudo haber sido?
Pamela: La verdad es que no tengo ni idea, acabo de llegar al barrio, y lo único que presiento, es que a la gente no le gusta que estemos aquí.
Narrador: Pamela se fue a casa consolada. Por fin alguien la iba a ayudar. Pero Hernández presentía que había algo que no cuadraba, pero no sabía él que. Lo dejó pasar y se fue a su casa.
(corockoc)
Narrador: Al día siguiente, los dos fueron a preguntar a la única vecina que les abrió la puerta.
Lucía: Hola, buenas tardes, me llamo Lucía. ¿Necesitan algo?
Hernández: Buenos días, soy el detective Hernández, venimos a preguntarle por el trágico suceso del lunes.
Lucía: Ay, si me entere de ello, pobrecitos acababan de llegar y de repente sufren este ataque.
Hernández: ¿Usted oyó algo extraño ese día, o a lo largo de la semana pasada?
Lucía: Sí, hace una semana que oigo, a la misma hora, a las 8 de la noche, un grito muy agudo como si fuese una niña. Los dos primeros días me quedé observando toda la noche por si acaso era algo importante, pero nunca vi nada, siempre aquel sonido. Al final asumí que sería algún animal callejero hambriento. Nunca imaginé que podría suceder esta desgracia. Fue mi culpa, debería haber denunciado lo que oí.
Hernández: No fue culpa suya señora. ¿Sabe quién pudo haber sido? ¿A alguien del barrio no le gustó que viniesen?
Lucía: No sé si tiene algo que ver, pero hay un hombre llamado Manolo que intentó oponerse a la mudanza de la familia. Quiso hasta comprar la casa para que ellos no pudiesen quedarse, pero no lo logró.
Hernández: Gracias por su ayuda señora, continuaré investigando. Le dejo mi tarjeta con mi número por si recuerda algo más.
Lucía: De acuerdo, así lo haré. Adiós.
Narrador: Tenía una pista que debía seguir. Volvió a su despacho para contar lo0 que había averiguado.
Hernández: Buenos días, Moneypenny, ¿está Pamela esperándome?
Moneypenny: Señor, tengo una mala noticia… A Pamela la han deportado, no tenía los papeles y la han devuelto a su país. Lo último que me dijo fue “Señorita, dejen este caso. A nadie le interesa la muerte de dos inmigrantes. No me dejan estar aquí. Olvídenme”.
Narrador: Hernández se quedó impactado y fue rápidamente a su despacho a llamar al jefe de policía para intentar parar la deportación.
(Sonido de llamada)
Hernández: Hola, soy el detective Hernández, quiero hablar con el Capitán John.
(Sonido operador)
John: Hola, Hernández, cuánto tiempo. ¿Cómo está tu mujer?
Hernández: Ahora no es el momento John, estaba investigando el caso sobre el doble asesinato de aquellos pobres inmigrantes. ¡Me gustaría saber por qué la policía no ayudó en ningún momento a Pamela, la madre de los niños!
John: ¿De qué estás hablando? No hemos abandonado el caso. Hicimos un test psicológico a la madre y encontramos que tiene un trastorno de doble personalidad.
Hernández: ¡Pero no es razón suficiente como para deportarla tan rápido!
John: ¿A qué te refieres? Pero si no la hemos deportado. Debe de estar en su casa.
Hernández: ¡¿Cómo?! A mi secretaria le dijo que la echabais. Entonces sig…
(golpe de palo, se cae el teléfono)
John: ¿Estás bien, Hernández? ¿Sigues ahí?
Pamela: Jijiji…Ni yo me lo esperaba
-FIN-
