COLEGIO CLARET DE DON BENITO (BADAJOZ)
SUEÑOS
ROTOS
La
luz del foco que les iluminaba en el centro de la sala se iba difuminando
transformándose en penumbra hasta llegar a la más absoluta oscuridad y
aunque solo aparecían ellos dos, sabían que eran muchos los que desde la
distancia, les observaban pendientes de
su respuesta ya que de vez en cuando se escuchaba un lejano carraspeo que
acentuaba aún más el sepulcral silencio del lugar.
Un
sudor frío me recorría el cuerpo y sentía su mirada atravesándome con
impaciencia. Parecía que el tiempo se
detenía por momentos. Por momentos
mi mente me abandonaba y por
momentos volvía. ¡¡Dios!! Pensé ¿Quién me mandaría a mi meterme en
estos líos?
Todavía
quedaba tiempo y en el divagar de mi mente imaginé como sería mi vida a partir
de este momento, lo difícil que había
sido todo hasta llegar allí e imaginaba a mi madre diciéndome, ¡Contesta hija
por favor, contesta!
Cualquier
ligero cambio en la rutina devolvía al otro a la realidad y poco a poco
el tiempo se iba convirtiendo en otro enemigo más. Sus miradas, sin decir nada
lo decían todo ¡Uf! ¿Es que no va a
terminar esto nunca?
¡Está
bien, lo diré! ¡Si! ¡Lo diré! dijo
Tomó
aire profundamente y respondió. ¡Pangolín!
Los
ojos del interrogador cambiaron de aspecto, se volvieron amables y dejo
entrever una ligera sonrisa entre alegre y malvada, intentando convencerme para que le imitase, pero no pudo, no era el
momento de sonreír.
De
repente el silencio se rompió con la inapelable melodía de los cuatro sonidos
cromáticos descendentes ¡La respuesta es incorrecta! ¡Ha perdido!
El mundo se me vino
abajo, se rompieron todos mis sueños
